Es de vital importancia compartir información sobre las
acciones esenciales para la seguridad del paciente, ya que, es bien sabido que
la falta de seguridad en el proceso de atención a la salud, produce daño a los
pacientes, que en algunas ocasiones ha llegado a cobrar vidas y en otras ha
dejado secuelas que llegan a ser muy graves, generando situaciones,
afectaciones personales, familiares y laborales, cuya solución representa un
alto costo, dicho así se pretende
analizar las mejores alternativas para la implementación de las AESP y así mejorar
la comunicación entre los profesionales de la salud y familiares con el fin de
reducir errores y obtener la información correcta, mejorar la precisión de la
identificación de pacientes, contribuyendo en la reducción de riesgo de las
infecciones asociadas a la atención de la salud.
Según la secretaria de salud de acuerdo con las estimaciones
en México el 2% de los pacientes hospitalizados muere, y el 8% padece algún
daño a causa de los eventos adversos. Sin embargo, se calcula que 62% de este
tipo de eventos son prevenibles, lo que plantea un área de oportunidad para
brindar atención médica.
Para atender este problema, se han impulsado diversas
acciones a nivel internacional, sin embargo, no se ha logrado avanzar lo
suficiente, a pesar de diversas campañas, acciones, metas y demás estrategias
que se han puesto en marcha.
Desde el año 2000, la Secretaría de Salud, ha venido
trabajando para atender este problema; sin embargo, un aspecto que aún no se ha
desarrollado suficientemente es la regularidad y para ello, se iniciaron mesas
de discusión entre las áreas técnicas del Consejo de Salubridad General y de la
Dirección General de Calidad y Educación en Salud para identificar los aspectos
cardinales de la seguridad del paciente que deban seguir los establecimientos
de atención médica, mismos que permitan abatir la presentación de eventos
adversos; es así como se originan las ocho acciones esenciales en seguridad del
paciente, mismas que están conformadas por las seis metas internacionales, que
se complementan con dos acciones más: el reporte de eventos adversos y la
cultura de seguridad del paciente.
Estas acciones esenciales para la seguridad del paciente
serán la piedra angular para el desarrollo de la Norma Oficial Mexicana para la
Seguridad del Paciente.
La idea es conocer los riesgos en forma específica para cada
paciente y en cada contexto explicando por qué y qué se realizará, quedando
plasmado en un consentimiento esclarecido y no sólo informado. Este ambiente de
seguridad genera confianza en los procesos operativos, en los usuarios, sus
familias, los especialistas del equipo y en los profesionales contratados.
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